sábado, 6 de mayo de 2017

MINIFICCIÓN O MICRORRELATO DEL DÍA

Minificción de carretera
De Beatriz Camacho

Siempre pienso lo mismo cada que me subo a un camión, pero no puedo evitarlo siempre me siento en alguno de los primeros lugares, veo el parabrisas panorámico y asemeja una pantalla gigante de cine, me imagino una pelicula en 3d de la carretera y todo lo que acontece en ella, y el fabuloso vértigo comienza, veo como avanza veloz devorando las rayas amarillas del asfalto como si fueran tallarines, veo como los trailers, en su afan de rebasar coletean sus cajas a toda velocidad como tiburones en el mar intimidando a mi chofer, que ahora se ha convertido en un caballero andante con la misión de llevar a su destino a los pasajeros montando este poderoso dragón verde, y sin dejarse amedrentar lo impulsa por su carril para asuzar a los traileros, mi corazón late deprisa, la adrenalina se me agolpa en las sienes, siempre pienso lo mismo, pero aun asi, me gusta ir en el asiento de enfrente, de cuando en cuando pasan cosas: como el pobre pájaro que se atravesó y por un segundo alcancé a notar que sus alas eran color tierra antes de escuchar el golpe seco de su cabeza contra el faro izquierdo y ver que el caballero impávido continuaba su trayecto sin inmutarse, mientras mi pecho se arruga con el impacto. A veces sucede que me tocan choferes con un ánimo especial, como el que pone canciones rómánticas y las tararea, o el que de plano las va bailando al ritmo del tamborileo de sus dedos en la palanca de velocidades. O como aquella vez en que el chofer venia desvelado y de un humor de perros y yo a veinte uñas me agarraba de lo que fuera para no resbalar y estrellarme en el parabrisas por los frenones. 

Siempre pienso lo mismo: si chocamos con algo sería la primera en salir volando, atravesar el vidrio y encontrar la muerte, sin embargo , no puedo evitar tomar ese asiento por que todo se ve tan grande, tan infinito, y el sol y el cielo parecen caber en las dimensiones de el parabrisas , que funje como una burbuja protectora que nos permite ver el mundo casi como si fueramos astronautas en un planeta ajeno. Asi con todo y el miedo, yo no me perdí el espectáculo: la vaca tenía los ojos mas grandes y bellos que he visto, los vi de cerca y los vi primero antes que los cerraramos las dos.

SEMBLANZA

Beatriz Camacho Gaxiola Nací por circunstancia en Sonora en 1979 pero fui criada en Guasave Sinaloa, soy promotora de lectura, titiritera y narradora oral, he escrito mucho menos de lo que he leído y he leído mucho menos de lo que quisiera, he publicado cuentos y crónica en aldea21.com.mx , como narradora participo en programas estatales de promoción del lectura asistiendo a escuelas primarias, secundarias y preparatorias, y como mediadora voluntaria en el programa nacional de salas de lectura, en mi municipio y alrededores, siempre he pensado que es mas fácil desmembrar un cuento y reinventarlo que crearlo de la nada y al narrarlo es un momento efímero e irrepetible donde esas nuevas creaciones se pierden para no volver. Escribir para mi es un sueño guajiro a veces y en otras, cuando la inspiración arrebata sin aviso, colmando la hoja con todas las imágenes que por ahí se quedan atoradas me resulta reconfortante y liberador.


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