Decálogo de la minificción o microrrelato según David Lagmanovich
1. No existe una
descripción minuciosa de las circunstancias.
2. No existe la
construcción de un personaje, ni individual ni colectivo. Introducir a los personajes
violentamente sin morosas descripciones.
3. El truco del
escritor de microrrelatos consiste en agregar todas las palabras necesarias y
ninguna de las innecesarias.
4. La minificción está
rodeada de silencio; no ofrece cabida a digresiones y circunloquios.
5. No impide la
existencia de una voz narrativa, por lo general omnisciente.
6. Tres momentos o
puntos de inflexión: el que presenta una situación determinada; el que indica
la aparición de un elemento que perturba el orden establecido; y un momento
final, ya sea que éste implique una decisión a favor de una de las entidades
contrastantes, o bien una neutralización de los opuestos.
7. Su entrada o
comienzo: se prefiere del tipo in media res o continuación de algo.
8. Dos posibles
finales: un final “de confirmación”, un desenlace que mantenga el tono y la
coherencia; un final “de ruptura”, que no mantenga el tono y la coherencia.
Además de finales “cerrados” y “abiertos”.
9. La importancia del
título como elemento de la construcción; el título orienta la lectura.
10. El tema de un
microrrelato aparece como núcleo nebuloso de significación: una intuición que
gira alrededor de una palabra, de una noción o de un personaje.
Conclusión: un título, que se supone
significativo y orientador; un comienzo, generalmente in media res; un
desarrollo, caracterizado por las nociones de concisión, simplicidad sintáctica
y velocidad; y un final, que puede ser conclusivo o abierto.
Fuente: Micrópolis.
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