13 recomendaciones psicológicas para después del terremoto
Literatura Minimalista
domingo, 24 de septiembre de 2017
jueves, 25 de mayo de 2017
MINIFICCIÓN DEL DÍA
De Roberto Abad
Un reloj sueña con un Dalí que se derrite. Un elefante sueña con un Dalí de piernas gigantes, alargadas hasta el cielo. Una granada sueña con un Dalí que vomita a un pez dorado que, al mismo tiempo, vomita a un tigre. En conjunto, cuando despiertan y las luces del museo se prenden, las pinturas descubren que la realidad es otra. No obstante, cuando termina el día y se quedan a oscuras nuevamente, sienten alivio porque al menos en sus horas de siesta pueden vengar las desfiguraciones —ideadas por un loco—, que los conocedores suelen llamar arte.
Tomado de Alebrije de Palabras. Escritores mexicanos en breve. José Manuel Ortíz Soto y Fernando Sánchez Clelo. BUAP, Colección Asteriscos, 2013.
Tomado de Alebrije de Palabras. Escritores mexicanos en breve. José Manuel Ortíz Soto y Fernando Sánchez Clelo. BUAP, Colección Asteriscos, 2013.
SEMBLANZA
Roberto Abad (Cuernavaca, Morelos, 1988). Escritor y músico. Egresado de la Licenciatura de Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM, 2011). Ha tomado talleres de narrativa y poesía con escritores como Francisco Rebolledo y Alejandro Atala. Recibió el Premio CONAFE en 2011; ganó el primer lugar 2012 en el Concurso de Cuento Diario de Morelos; obtuvo el primer lugar Nacional en el Certamen Carta al Padre, organizado por la Editorial Par de Tres. Ha publicado en medios impresos locales y nacionales. Actualmente, colabora con el Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de Morelos.
DECÁLOGOS LITERARIOS
Decálogo de GINÉS CUTILLAS
Decálogo del PERFECTO MICRORRELATISTA
Decálogo del PERFECTO MICRORRELATISTA
I.- Antes de escribir nada, lee todo.
II.- No escribas nada que no aporte nada nuevo.
III.- Elige con sumo cuidado cada una de las palabras.
IV.- Concentra tu máximo esfuerzo en la primera frase.
V.- Haz que el título forme parte de la historia.
VI.- Una imagen vale más que mil palabras.
VII.- La elipsis es la reina.
VIII.- Parte de situaciones y personajes conocidos.
IX.- Aplica sin complejos toda la literatura anterior.
X.- Golpea sin piedad en el punto final.Tomado de http://revistamicrorrelatos.blogspot.mx/2014/09/decalogo-de-gines-s-cutillas.html
SEMBLANZA
Ginés S. Cutillas (Valencia, 1973)
Ingeniero informático por la Universidad Politécnica de Valencia y licenciado en Documentación por la Universidad de Granada.
Autor de La biblioteca de la vida (Fundación Drac, 2007), Un koala en el armario (Cuadernos del Vigía, 2010), La sociedad del duelo (Editorial Base, 2013), Los sempiternos (Editorial Base, 2015), Lo bueno, si breve, etc. Decálogo práctico del microrrelato (Editorial Base, 2016) y Vosotros, los muertos (Cuadernos del Vigía, 2016).
Su obra ha aparecido también en varías antologías de relatos y microrrelatos, como Ficción sur (Traspiés, 2008), A contrarreloj II (Hipálage, 2008), Por favor, sea breve 2 (Páginas de espuma, 2009), Sólo cuento II (UNAM, 2010), Velas al viento (Cuadernos del vigía, 2010), Mar de pirañas (Menoscuarto, 2012) o Antología del microrrelato español (1906-2011) (Cátedra, 2012).
Entre los galardones que ha recibido se encuentran el Premio Internacional de Minicuento El Dinosaurio 2007 (Feria del libro de La Habana), el de la Feria del libro de Granada 2006, el de relatos de la Fundación Drac 2007 y el de microrrelatos Literatura Comprimida 2006. Finalista del VII Premio Setenil al mejor libro de cuentos publicado en España en 2010.
Colabora en diversas revistas literarias, como Prometheus, Spejismos, En sentido figurado, Papeles de humo, Kafka, Calidoscopio, EntreRíos, Casquivana, Excodra, Paralelo Sur o The Moth.
Es profesor de la Escuela de Escritores de Madrid y miembro del equipo de redacción de Quimera. Revista de Literatura.
Miembro del Institutum Pataphysicum Granatensis y creador de La Increíble Máquina Aforística según sus preceptos.
MICRONOPIO CAPÍTULO 17
Idea, guión, entrevista, edición y post-producción: César Abraham Navarrete Vázquez
Nació en Mérida, Yucatán, el 2 de febrero de 1928. Poeta, narrador y editor. Estudió letras modernas en la FFyL de la UNAM. Ha sido coordinador de talleres literarios; editor de Papeles (pliego seriado de literatura); autor de la colección Fósforos (cajas de poesía breve) y de la revista Ensayo; ha sido coordinador del consejo técnico editorial del INBA; subdirector del CNIPL; subdirector del Periódico de Poesía; fundador de El Gallo Ilustrado; director fundador y editor de La Máquina Eléctrica Editorial. En Mérida se creó en 1998 el Premio Nacional de Poesía Experimental Raúl Renán. Colaborador de El Ángel, El Gallo Ilustrado, Estaciones, La Jornada, La Plaza, Los Libros Tienen la Palabra, Nostromo, Sábado, y Vuelta. Miembro del SNCA desde 1999; Creador Emérito desde 2011. Medalla Yucatán 1987. Premio Antonio Mediz Bolio 1992.
martes, 23 de mayo de 2017
MINIFICCIÓN DEL DÍA
Soley Goley
De José Luis Huergo
“Prohibido el paso a niños, uniformados y personas armadas”, decía claramente la placa de bronce junto a la puerta del bar.
- ¡Caramba! –se dijo- ¡El trabajo que costó escaparme de mi vieja y ahora esto! Habrá que trazar otro plan.
El Soley Goley era el sitio más exclusivo y prestigiado de la ciudad, bellísimas yacedoras procedentes de todos los rincones del planeta prestaban, que diga, arrendaban sus servicios haciendo gala de habilidades que pondrían verdes de envidia a Cleopatra, Lucrecia Borgia, La Malintzi y hasta Mesalina. No era cosa, pues, de dejarse amedrentar por un letrerito.
- Se trata de llegar desarmado, pero ¿salir desarmado y de noche? Podría pedir a mi mujer que me desarme, pero si malicia me cae negra y sin retorno, por ahora no hay otra que irme a la casa y pensarle.
Se le fue la noche en pensar su estrategia, calibró varias posibilidades, podría alegar a su consorte, por ejemplo, la necesidad de presentarse en alguna instancia oficial, todo mundo sabe que en esos lugares no se puede entrar armado, nomás que no hay instancias oficiales laborando de noche (la mayoría ni de día) y desechó la idea por improcedente.
Así, sopesando pros y contras, encontró la solución: pretextaría un viaje, dado que tampoco los aviones se pueden abordar armado, así, sería su media naranja quien se encargara de desarmarlo y ponerlo en el taxi, cuyo conductor debía estar en el secreto y lo llevaría directamente a las puertas del Soley Goley, donde viviría los momentos cumbres de su vida pasional.
Todo corrió sobre ruedas, por la tarde llamó a su consorte, le anunció el viaje y le solicitó tuviera preparada una maleta y lo esperara para desarmarlo, porque a las nueve pasaría un taxi que lo trasladaría al aereopuerto.
Llegó a su domicilio, su amantísima esposa lo desarmó minuciosamente, colocando brazos, manos, dedos, ojos, piernas, bigote, nariz, etc. en la maleta y, justo cuando terminaba, llegó el taxi, el taxista cargó la maleta, la colocó en la cajuela y se encaminó al sitio convenido.
Durante el trayecto, ciertos temores lo asaltaron, sabía que luego de ser recibida la maleta con todas sus piezas, un armador profesional lo ensamblaría, pero corrían negras leyendas al respecto, se decía de alguno armado por un armador que llegó crudo, que desde entonces hacía pipí por la nariz, o de aquel a quien colocaron la oreja izquierda en el lugar de la derecha y viceversa, cuando lo llamaban caminaba siempre para el otro lado, o de aquel con la pierna de un chaparro que ya se había ido y no tuvo más remedio que bailar de cojito toda la noche, o del Quinceuñas, o del Sinaloa, o…
El brusco enfrenón lo sacó de su ensimismamiento, oyó la cajuela al abrirse y de inmediato un servicial malet parking lo trasladó hasta la sala de ensamble, donde, una vez armado, vio frente a sí la mano solícita del armador, le arrojó unas monedas y salió disparado al W.C., urgido por perentoria necesidad fisiológica, bajó el cierre y ¡Oh sorpresa!, ganas sobraban, pero ¡No había con qué!
- ¡Ora queeeee!
El mozo de los baños se acercó solícito:
- ¿Algún problema, señor?
- ¡Ya lo creo, me faltan piezas! ¡Los voy a demandar!
- Perdone el caballero, pero el prestigio de este lugar descansa sobre nuestros armadores, todos con maestría y doctorado.
- ¡A mí no me vengas con cuentos! ¿De qué sirvo yo aquí si no tengo con qué?
- A ver, a ver, vamos por partes, ¿Quién lo desarmó, jefe?
- Mi mujer
- ¡Uuuuuh, patrón, lo de siempre!
“Prohibido el paso a niños, uniformados y personas armadas”, decía claramente la placa de bronce junto a la puerta del bar.
- ¡Caramba! –se dijo- ¡El trabajo que costó escaparme de mi vieja y ahora esto! Habrá que trazar otro plan.
El Soley Goley era el sitio más exclusivo y prestigiado de la ciudad, bellísimas yacedoras procedentes de todos los rincones del planeta prestaban, que diga, arrendaban sus servicios haciendo gala de habilidades que pondrían verdes de envidia a Cleopatra, Lucrecia Borgia, La Malintzi y hasta Mesalina. No era cosa, pues, de dejarse amedrentar por un letrerito.
- Se trata de llegar desarmado, pero ¿salir desarmado y de noche? Podría pedir a mi mujer que me desarme, pero si malicia me cae negra y sin retorno, por ahora no hay otra que irme a la casa y pensarle.
Se le fue la noche en pensar su estrategia, calibró varias posibilidades, podría alegar a su consorte, por ejemplo, la necesidad de presentarse en alguna instancia oficial, todo mundo sabe que en esos lugares no se puede entrar armado, nomás que no hay instancias oficiales laborando de noche (la mayoría ni de día) y desechó la idea por improcedente.
Así, sopesando pros y contras, encontró la solución: pretextaría un viaje, dado que tampoco los aviones se pueden abordar armado, así, sería su media naranja quien se encargara de desarmarlo y ponerlo en el taxi, cuyo conductor debía estar en el secreto y lo llevaría directamente a las puertas del Soley Goley, donde viviría los momentos cumbres de su vida pasional.
Todo corrió sobre ruedas, por la tarde llamó a su consorte, le anunció el viaje y le solicitó tuviera preparada una maleta y lo esperara para desarmarlo, porque a las nueve pasaría un taxi que lo trasladaría al aereopuerto.
Llegó a su domicilio, su amantísima esposa lo desarmó minuciosamente, colocando brazos, manos, dedos, ojos, piernas, bigote, nariz, etc. en la maleta y, justo cuando terminaba, llegó el taxi, el taxista cargó la maleta, la colocó en la cajuela y se encaminó al sitio convenido.
Durante el trayecto, ciertos temores lo asaltaron, sabía que luego de ser recibida la maleta con todas sus piezas, un armador profesional lo ensamblaría, pero corrían negras leyendas al respecto, se decía de alguno armado por un armador que llegó crudo, que desde entonces hacía pipí por la nariz, o de aquel a quien colocaron la oreja izquierda en el lugar de la derecha y viceversa, cuando lo llamaban caminaba siempre para el otro lado, o de aquel con la pierna de un chaparro que ya se había ido y no tuvo más remedio que bailar de cojito toda la noche, o del Quinceuñas, o del Sinaloa, o…
El brusco enfrenón lo sacó de su ensimismamiento, oyó la cajuela al abrirse y de inmediato un servicial malet parking lo trasladó hasta la sala de ensamble, donde, una vez armado, vio frente a sí la mano solícita del armador, le arrojó unas monedas y salió disparado al W.C., urgido por perentoria necesidad fisiológica, bajó el cierre y ¡Oh sorpresa!, ganas sobraban, pero ¡No había con qué!
- ¡Ora queeeee!
El mozo de los baños se acercó solícito:
- ¿Algún problema, señor?
- ¡Ya lo creo, me faltan piezas! ¡Los voy a demandar!
- Perdone el caballero, pero el prestigio de este lugar descansa sobre nuestros armadores, todos con maestría y doctorado.
- ¡A mí no me vengas con cuentos! ¿De qué sirvo yo aquí si no tengo con qué?
- A ver, a ver, vamos por partes, ¿Quién lo desarmó, jefe?
- Mi mujer
- ¡Uuuuuh, patrón, lo de siempre!
SEMBLANZA
José
Luis Huergo Lozano nació el 14 de abril de 1961 en Puebla, Pue. Participó en un
Taller de Narrativa en el Instituto de Cultura de Yucatán, Taller de Periodismo
de Investigación, Ciencias Forenses, Sistema Penal Acusatorio y Sistema de
Derechos Humanos. Ha trabajado en: Diario “El guardián de la Sierra”, “Enfoque
Radio”, Noticiero de TV “Diga usted”, “Diálogos de Puebla”, Diario “Intolerancia”,
Diario “La gaceta de la Sierra”, Diario “Carmen Hoy”, Diario “Por esto”, Portal
“Visión Carmen”, Portal “Carmen Hoy.com”, Diario “¡Por esto!”, Diario “Tribuna”
Dentro
de la escritura creativa ha publicado cuentos en la Revista “Camino Blanco”,
editada por el Instituto de la Cultura de Yucatán y en algunas antologías de
cuentos en Argentina.
DECÁLOGOS LITERARIOS
ANTIDECÁLOGO DEL ESCRITOR por Jorge Luis Borges
- Las interpretaciones demasiado inconformistas de obras o de personajes famosos. Por ejemplo, describir la misoginia de Don Juan, etc.
- Las parejas de personajes groseramente disímiles o contradictorios, como por ejemplo Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson.
- La costumbre de caracterizar a sus personajes por sus manías, como hace, por ejemplo, Dickens.
- En el desarrollo de la trama, el recurso a juegos extravagantes con el tiempo o con el espacio, como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.
- En las poesías, situaciones o personajes con los que pueda identificarse el lector.
- Los personajes susceptibles de convertirse en mitos.
- Las frases, las escenas intencionalmente ligadas a determinado lugar o a determinada época: o sea, el ambiente local.
- La enumeración caótica.
- Las metáforas en general, y en particular las metáforas visuales. Más concretamente aún, las metáforas agrícolas, navales o bancarias. Ejemplo absolutamente desaconsejable: Proust.
- El antropomorfismo.
- La confección de novelas cuya trama argumental recuerde a la de otro libro. Por ejemplo, el Ulises de Joyce y la Odisea de Homero.
- Escribir libros que parezcan menús, álbumes, itinerarios o conciertos.
- Todo aquello que pueda ser ilustrado. Todo lo que pueda sugerir la idea de ser convertido en una película.
- En los ensayos críticos, toda referencia histórica o biográfica. Evitar siempre las alusiones a la personalidad o a la vida privada de los autores estudiados. Sobre todo, evitar el psicoanálisis.
- Las escenas domésticas en las novelas policíacas; las escenas dramáticas en los diálogos filosóficos. Y, en fin:
- Evitar la vanidad, la modestia, la pederastia, la ausencia de pederastia, el suicidio.
MICRONOPIO CAPÍTULO 16
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